Frida, un mundo pictórico

 ¿Por qué Frida Kahlo?

Frida Kahlo (foto extraída de la página oficial del Museo Frida Kahlo)

Cuando pensamos en Frida Kahlo, ¿cuál es el primer pensamiento que se nos viene a la cabeza? Entre las posibles respuestas, imagino las siguientes: la dependencia emocional hacia Diego Rivera, su aspecto físico tan característico, o la trágica vida que le tocó vivir desde su niñez. Y a lo mejor, también, se nos venga a la mente su rostro estampado en miles de productos de merchandising: remeras, tazas, pines, posters, y un gran etcétera. 

Lo cierto es que no estaríamos equivocados si pensáramos en esto. Es verdad que Frida Kahlo es conocida por haber tenido una tormentosa relación con el pintor mexicano, como también es verdad que su vestimenta y sus cualidades físicas la distinguen fácilmente de otras mujeres, y que su vida estuvo repleta de hechos trágicos que moldearon su arte. Y claro, es verdad que se comercializa mucho con su imagen, tanto, que incluso llegó a ser una de las figuras más populares y reconocibles en gran parte del mundo. 

Pero, aún siendo esto verdad, ¿se puede resumir a Frida Kahlo únicamente en dos o tres aspectos? 

Casi siempre que escucho hablar sobre ella y su arte, las palabras se repiten: que no era talentosa, que sólo hablaba de Diego, que si es o no un símbolo del feminismo... en definitiva, que está "sobrevalorada". Y, más allá de si concuerdo o no con estas opiniones, considero que es muy simplista sólo ver lo que el mundo nos ha ofrecido de ella. ¿No se esconde, acaso, algo más profundo en Frida?

Esta entrada no pretende ser una crítica a su arte ni a su vida personal, sino más bien un intento de ir más allá de la imagen comercial que tenemos de Frida, de ese primer concepto que se nos viene al pensamiento cuando intentamos definirla.

Frida, la estrelladísima

El arte como un medio de expresión

Foto extraída de la página oficial del Museo Frida Kahlo 

Si buscamos la biografía de Frida Kahlo, no importa la fuente, habrá una palabra que siempre se repetirá: "tragedia". Y es que la vida de la pintora mexicana es una serie de hechos trágicos que la marcaron profundamente: poliomielitis a la temprana edad de 7-8 años, un horrible accidente en autobús que le costará una dolorosa existencia, una turbulenta relación con el pintor Diego Rivera, varios abortos espontáneos, alcoholismo, y la lista continúa...
 
Este sin fin de tragedias influirá directamente en su obra, donde plasmará todo el dolor que guardaba dentro, sus batallas y sus tristezas; pero también sus sueños, sus luchas y su amor por México y Diego. 

Dos de mis obras favoritas de la pintora son "La columna rota" de 1944, y "Árbol de la esperanza mantente firme" de 1946.

La primera pintura representa el profundo dolor con el que tuvo que aprender a vivir luego del terrible accidente que sufriera en 1925. 

El 17 de septiembre de 1925, una tarde lluviosa, Frida sube a un autobús que va a Coyoacán en compañía de Alejandro. El destino es un animal extraño. Después de subir a un primer coche, Frida se baja (se ha dejado la sombrilla) y se monta en el siguiente (...) El choque es brutal. El autobús queda partido en dos. Frida sale despedida (...) una barra de hierro la ha atravesado penetrando por la espalda y saliendo por la vagina. El balance es dramático: rotura de la columna vertebral, la clavícula, unas costillas y la pelvis, la pierna derecha fracturada por ocho sitios, el hombro izquierdo atrofiado... (Gérard de Cortanze, 2015: 40-41)

 

La columna rota, 1944 (extraído de la enciclopedia de arte HA!)

Las consecuencias resultan tremendas, como lo serán los sucesivos tratamientos y operaciones a los que Frida tendrá que someterse. Todo esto sin mencionar las secuelas. Una de las más traumáticas para la artista será la de no poder ser madre.

El dolor, el sufrimiento y la tristeza eran inimaginables; pero entonces Frida nos entrega "La columna rota", y a través de su arte podemos intentar comprender la inmensidad de su padecimiento.

En la pintura se observa a una Frida con lágrimas en los ojos abierta a la mitad. En el espacio que queda, aparece una columna griega jónica rota en varias partes. Esta estructura se sostiene gracias a una especie de corsé, artilugio que la verdadera Frida Kahlo se vio obligada a usar para poder llevar una vida más o menos normal. 

Además de la columna rota, esparcidos por todo su cuerpo, encontramos varios clavos que le perforan la piel; incluso hay uno, el más grande, que le atraviesa el corazón. Y detrás de esta figura central (la mujer que sufre), un paisaje desolado de fondo, seco, sin vida, que nos hace sentir toda la soledad del mundo.

Esta obra nos ofrece un vistazo a lo que Frida experimentaba entonces: casi que podemos escuchar el crujido de la columna rompiéndose, sentir la molestia en el cuerpo, experimentar la desesperación de vernos encorsetados. 

La siguiente pintura, "Árbol de esperanza mantente firme", fue realizada luego de una difícil operación a la que Frida debió someterse pues su salud solo empeoraba. El autor Gérard de Cortanze cita a la propia Frida Kahlo, quien le menciona a dos conocidos suyos sobre su próxima operación. En la carta, la artista comenta que hace cuatro meses viene sintiéndose muy mal, adolorida y agotada; y que tomaba la decisión de viajar a Nueva York para consultar con un médico especialista:

(...) "Les escribo desde la cama, porque desde hace cuatro meses estoy bien fregada con el espinazo torcido, y después de haber visto a hartísimos médicos de este país, he tomado la decisión de irme para los Nueva Yores (...) Todos los de aquí, los 'hueseros' u ortopédicos opinan por hacerme una operación que creo que es muy peligrosa, pues estoy muy flaca, agotada y dada enteramente a la chin... y en este estado no quiero dejarme operar sin consultar primero a algún doctor 'copetón' de Gringolandia" (Como se cita en Gérard de Cortanze, 2015: 129).

 

Árbol de la esperanza mantente firme, 1946

La operación resulta muy dolorosa. Frida debe permanecer postrada durante seis meses y llevar un corsé durante ocho meses más, además de procurar estar tranquila y en reposo. Sin embargo, Frida desobedece al poco tiempo, y los dolores y el cansancio regresan. 

En "Árbol de la esperanza mantente firme", Frida nos cuenta su calvario. El autor ya citado lo describe así: "Extraño cuadro en el cual vemos a una Frida llorando, vestida con un traje de tehuana rojo, que vela a otra Frida que yace desnuda, con el cuerpo cubierto en parte por una sábana, en una camilla de hospital" (Gérard de Cortanze, 2015: 130).

Como en la anterior pintura, volvemos a sentir el dolor de una mujer que luchó toda su vida con el mismo sufrimiento. Volvemos a ver a Frida en medio de aquel paisaje desolado y desierto de "La columna rota", con la espalda abierta y ensangrentada; pero en esta oportunidad, también, junto a ella, otra Frida, erguida y de facciones serias, casi solemnes, que sostiene con su mano derecha un banderín en el que se lee: "Árbol de la esperanza mantente firme". ¿Será este un mensaje que la misma Frida Kahlo ha querido darse a sí misma, algo así como una especie de súplica, de deseo profundo por no ceder?  

Con estos dos cuadros lo que pretendo es mostrar lo que significó el arte para Frida Kahlo, aunque sólo sea de manera muy simplificada. Y, de hecho, en realidad, todo lo que hago es tratar de mostrar cómo ella utilizó el arte, ya que solamente la verdadera Frida puede decírnoslo.

En una de las citas a Frida que hace Gérard de Cortanze, la artista se niega a aceptar que su arte es surrealista solo porque Andrés Bretón lo diga. Lo interesante de lo que declara, no obstante, es que deja entrever la utilidad, si se quiere, que ella le da al arte: "(...) Lo único que sé es que pinto porque siento necesidad de hacerlo, y pinto cualquier cosa que me pasa por la mente sin sin ninguna consideración" (Como se cita en Gérard de Cortanze,  2015: 111). Ella no pinta sueños, pinta su realidad...

Frida, el producto de merchandising

Cuándo compramos algún objeto de Frida Kahlo, o vemos los productos dispuestos en algún negocio o feria, ¿cuál es la imagen más utilizada de Frida? Posiblemente sea alguna de estas:




Celia Marco Segura tiene un trabajo muy interesante sobre la figura de Frida Kahlo como producto comercial. Entre otras cosas, dice algo muy interesante al respecto: 

(...) se convierte su imagen en icono público al ser la máxima expresión de su arte. Es cierto que Frida Kahlo pintó principalmente autoretratos, pero todos tienen mensajes que van más allá de la expresión de su cara. La gran mayoría simbolizan el dolor de una mujer enferma y dependiente, pero también hay otros que simbolizan revolución, comunismo y antimperialismo. Estos mensajes que Frida canalizaba a partir de su persona han quedado ocultos por la exaltación de otros aspectos totalmente banales, como su aspecto físico...  (Marco Segura, 2018: 82).

Asimismo, la autora hace hincapié en que, por lo general, el merchandising suele utilizar imágenes "endulcoradas", mostrando así la cara más pintoresca de la artista. Lo cierto es que es poco probable que se vendan productos con imágenes más crudas como "Hospital Henry Ford" o "Solo un par de piquetitos".


Unos cuantos piquetitos, 1935
Esta obra surgió luego de que Frida leyera la siguiente historia en el periódico:
un borracho asesino a su amante tras haberla descubierto cometiendo infidelidad. Cuando fue llevado al juez, el hombre exclamó: "¡Pero si solo le di unos cuantos piquetitos!"

Hospital Henry Ford, 1932
Esta pintura nos habla sobre uno de los abortos que Frida sufriera en Estados Unos.
Es una imagen muy cruda y triste que nos recuerda el deseo frustrado de Frida por ser madre.

Cuando pienso en la figura de Frida como un producto meramente comercial, me surge la siguiente pregunta: ¿cuál es la parte mala de que se popularice tanto la imagen de la artista?

La pregunta encuentra su respuesta rápidamente: el problema es que se dejan de lado muchos otros aspectos fundamentales que constituyen la obra de Frida, como su participación en el partido comunista, su sentimiento antiimperialista, o su orgullo por las raíces indígenas.


Observamos claras referencias
al comunismo y el antiimperialismo


Pero este fenómeno de ofrecer productos repetidos y vaciarlos, de alguna manera, de su contenido real y alejarlos de su contexto, ¿no ocurre a caso con otras obras, con otros artistas? ¿Por qué, entonces, se suele catalogar solo a Frida como una artista "sobrevalorada"? 

Regresemos a lo dicho por la autora Celia Marco Segura: los productos que se venden de Frida son, en su gran mayoría, sobre Frida, porque gran parte de su trabajo tiene que ver con los autorretratos. Por eso, no debemos olvidar que Frida Kahlo utiliza su rostro para decir muchas cosas, no necesariamente para hablar únicamente de ella...

Existen numerosas obras de arte que han sido convertidas a lo largo de la historia en iconos culturales fácilmente accesibles (...) Algunas de las obras convertidas en iconos: El grito, de Edvard Munch; la Venus del espejo, de Velázquez; La Gioconda, de Leonardo Da Vinci o Liz, de Andy Warhol (Marco Segura, 2018: 18).

¿Qué sucede con estas otras obras? ¿También se pierde su contenido fundamental por ser tan populares; o es gracias a que se hayan hecho tan conocidas, que hoy podemos saber más de ellas? ¿Sucede lo mismo con Frida Kahlo, o ella simplemente es un rostro muy utilizado?

Frente a la pintura de Frida debemos tener muy presente su biografía. Su arte está muy influenciado por el comunismo, el antiimperialismo y el indigenismo (valores que corresponden a la Revolución Mexicana). Además, es interesante observar en las pinturas de Frida la dualidad vida-muerte con la que trabajaba y de la que se servía para expresar sus luchas internas. La artista se servía mucho de la mitología indígena para hablar sobre estos temas. De hecho, la imagen de Frida Kahlo está muy asociada al Día de los Muertos en México. 

Frida y el feminismo

Antes de concluir con esta entrada, me gustaría hablar brevemente de Frida y el feminismo, o más bien de la etiqueta feminista que se le ha otorgado. 

Este es, quizás, el tema que más controversia genera cuando se habla de Frida. ¿Pero por qué? 

Si revisamos la biografía de Frida, veremos que existen algunas cuestiones que podrían considerarse feministas para la época. Por una parte, la artista rompió con muchos estereotipos: "(...) se vistió de hombre, no se depiló nunca las cejas y bigote, se cortó el pelo a lo chico..." (Marco Segura, 2018: 77).

¿Pero es esto suficiente para poner a Frida Kahlo como un símbolo del feminismo? Es verdad que resulta novedoso que una mujer de su época normalizara tanto travestirse o no depilarse, sobretodo porque era algo que estaba mal visto. Sin embargo, hoy en día no debería tratarse de un acto transgresor. Cualquiera puede vestir como quiera; una mujer velluda no necesariamente es feminista; y una mujer depilada puede serlo perfectamente. 

Por otra parte, algo que sí podría catalogar a Frida como feminista, es el hecho de que "cumplió", de alguna manera, con lo que estipulaba el feminismo de aquellos años. A saber, el feminismo mexicano dependió mucho de "(...) los movimientos estudiantiles, de la influencia del feminismo estadounidense, y del acceso de la mujer a la educación superior" (Marco Segura, 2018: 79). 

Frida Kahlo viajó muchas veces a Estados Unidos, aunque mayormente fuera por el trabajo de su esposo. Sin embargo, no hay registros de que el feminismo estadounidense influyera en ella de alguna manera. 

Asimismo, la artista participó activamente del Partido Comunista Mexicano, utilizando atuendos que dejaban en claro su ideología e inmortalizando sus ideales en la pintura. Fue una gran creyente de las ideas comunistas, así como su esposo, con quién militaba y realizaba charlas.

Y aunque el feminismo de aquella época comenzó a proliferar gracias al partido obrero, al cual Frida apoyaba, también debe decirse que el marxismo negaba la participación de la mujer en la política y la relegaba a papeles secundarios. 

No obstante, por lo que podría considerársela feminista, es el hecho de que Frida Kahlo fue la primera generación de mujeres mexicanas en tener acceso a la educación. La artista asistió a la Escuela Nacional Preparatoria, junto a siete estudiantes más. Fue una mujer muy trabajadora y con grandes iniciativas.

En cuanto a su obra, destacó de otras artistas por no seguir aquella norma que estipulaba que el arte de las mujeres debía ser "delicado, tierno, dulce". Ella, en cambio, se retrató con rasgos duros, serios, con facciones masculinas, además de retratar escenarios crudos.

Y por último, si bien Frida tuvo una gran presencia en la esfera pública, participando en proyectos, muestras de arte, etc. (cosa que por lo general era exclusiva de los hombres), en la esfera privada quedó relegada a lo doméstico. La artista dependía de la economía de su marido y estaba aferrada al deseo de ser madre. Muy  compresible esto, sin embargo, pues estaba relacionado al papel de la mujer en la sociedad de aquella época.

Sobre su relación tormentosa con Diego Rivera no me explayaré demasiado. Ya se ha hablado mucho sobre las repetidas infidelidades de la pareja, especialmente las de Diego (una de ellas con la propia hermana de Frida), de la dependencia emocional de la artista y del sufrimiento que esto le provocaba.

A estas alturas, supongo, nadie consideraría a esta relación como un modelo a seguir, ni colocaría como un logro feminista el hecho de que Frida ejerciera su sexualidad libremente por "despecho".

Reflexión final

Entonces, ¿por qué Frida?

A lo mejor, porque hay algo de místico y atractivo en su forma de transmitir, que me gusta tanto... 

(...) Frida Kahlo es una de las artistas más enigmáticas que existen, una de las más íntimas, como abrasada por sus por sus opciones políticas, su dolor físico y su amor por Diego... (Gérard de Cortanze, 2015: 18).

Esa forma de usar su arte para canalizar lo que le sucedía y sentía, no sólo física, sino también psicológica y emocionalmente. Sus pinturas nos hablan de un amor profundo por México y Diego (aunque desde afuera cuestionemos aquella relación), de su lucha y militancia en el partido comunista, y de sus sufrimientos más profundos: los interminables dolores y su deseo imposible de ser madre.

La relación de Frida con el arte es muy personal. Si nos gusta o no, si consideramos que pintaba "feo" o no, si nos parece que su obra vale poco o no es relevante, eso es subjetivo.

Por otra parte, en cuanto al uso de su imagen en el merchandising, me gustaría citar una reflexión muy interesante que leí en un portal de Internet: 

No es incompatible admirar a Frida Kahlo (y reconocer sus claroscuros) con cuestionar lo que se ha hecho con su figura. Se la ha limpiado, fijado y dado esplendor, hasta vaciarla de contenido original y volverla una copia de sí misma. Se la ha convertido en la mujer pura, llana y hueca que no fue; se la ha nuestralizado en objetos para que no moleste al gran público (Maldonado, 2017).

No es culpa de Frida haberse convertido en una figura tan popular y repetida. No vale menos su arte porque ahora es más fácil encontrarla en remeras, pines, tazas... 

Hay mucho más de ella a simple vista para observar: cómo fue vivir en el México revolucionario, sus profundos e inimaginables sufrimientos, sus ideales, Diego... Cuando contemplamos la obra de Frida Kahlo debemos recordarnos que lo que tenemos en frente es mucho más que sólo su rostro repetido una y otra vez. Allí hay símbolos, mensajes, hechos biográficos... Por eso, lejos de considerarme una crítica de arte, me atrevo a decir que la obra de Frida Kahlo es una de las más personales que se conocen. 

Y si la imagen hipercomercializada de Frida nos sirve para empezar a conocerla, perfecto... Pero como cualquier figura/obra replicada masivamente, Frida no puede agotarse en un producto. 

Finalmente, sobre el estatus de feminista que se le pretende dar, me gustaría plantear la siguiente pregunta: ¿es Frida responsable de las etiquetas que decidimos ponerle? Nos enojamos con la artista por una supuesta "falta de feminismo", justificando que su relación con Diego dejaba mucho que desear, que no se entiende por qué continuaba a su lado a pesar del dolor que este le provocaba, que ella también era infiel después de todo. Pero, ¿por qué insistimos tanto en llamarla de cierta manera cuando ni la misma Frida lo pretendía?

Por eso es que es tan importante el contexto. Frida Kahlo es también producto del contexto en el que nació, creció y desarrolló su personalidad. Por lo tanto, no podemos dejar de lado la concepción de feminismo de esos años, ni lo que se pretendía de las mujeres en aquella época. Como tampoco sería justo olvidar los logros que sí se alcanzaron, o negar que Frida tuvo iniciativas que entonces se consideraban transgresoras y marcaron un camino. 

Juzgar y cuestionar a Frida con una mentalidad actual, e incluso atribuirle cuestiones que no le pertenecen, no me parece que sea lo más asertivo. Podemos observar objetivamente su vida, reflexionar sobre ella, rescatar lo bueno y rechazar lo malo. Ver más allá...


Bibliografía:

Gerard de Cortanze (2015): Frida Kahlo: la belleza terrible; Paidós; Buenos Aires.

Maldonado, Lorena G. (2017): Abandona a tu diego [on line] [Disponible en Internet: https://www.elespanol.com/cultura/20170706/frida-kahlo-feminista-diego-rivera/229227629_0.html]

Marco Segura, Celia (2018): El proceso de resemantización en la figura contracultural de Frida Kahlo con fines comerciales [on line] [Disponible en Internet: https://rua.ua.es/dspace/bitstream/10045/77527/1/El_proceso_de_resemantizacion_en_la_figura_contracultural_MARCO_SEGURA_CELIA.pdf

Otras fuentes:


Enciclopedia online de bellas artes: https://historia-arte.com/






Comentarios

  1. Muy bueno Vir, no comulgo con Frida en muchísimas cosas, pero es una pena que no sea reconocida por su obra y sí por su relación con Diego Rivera, su "promiscuidad" y el merchandising.
    El arte de Frida es sumamente duro de ver, pero así fue su vida, tormentosa, trágica, y sus pinturas no podían no serlo. Su revolución fue esa, ser artista en un mundo aún por demás machista.

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