Frida, un mundo pictórico
¿Por qué Frida Kahlo?
Frida, la estrelladísima
El arte como un medio de expresión
El 17 de septiembre de 1925, una tarde lluviosa, Frida sube a un autobús que va a Coyoacán en compañía de Alejandro. El destino es un animal extraño. Después de subir a un primer coche, Frida se baja (se ha dejado la sombrilla) y se monta en el siguiente (...) El choque es brutal. El autobús queda partido en dos. Frida sale despedida (...) una barra de hierro la ha atravesado penetrando por la espalda y saliendo por la vagina. El balance es dramático: rotura de la columna vertebral, la clavícula, unas costillas y la pelvis, la pierna derecha fracturada por ocho sitios, el hombro izquierdo atrofiado... (Gérard de Cortanze, 2015: 40-41)
La columna rota, 1944 (extraído de la enciclopedia de arte HA!) |
En la pintura se observa a una Frida con lágrimas en los ojos abierta a la mitad. En el espacio que queda, aparece una columna griega jónica rota en varias partes. Esta estructura se sostiene gracias a una especie de corsé, artilugio que la verdadera Frida Kahlo se vio obligada a usar para poder llevar una vida más o menos normal.
(...) "Les escribo desde la cama, porque desde hace cuatro meses estoy bien fregada con el espinazo torcido, y después de haber visto a hartísimos médicos de este país, he tomado la decisión de irme para los Nueva Yores (...) Todos los de aquí, los 'hueseros' u ortopédicos opinan por hacerme una operación que creo que es muy peligrosa, pues estoy muy flaca, agotada y dada enteramente a la chin... y en este estado no quiero dejarme operar sin consultar primero a algún doctor 'copetón' de Gringolandia" (Como se cita en Gérard de Cortanze, 2015: 129).
Árbol de la esperanza mantente firme, 1946 |
La operación resulta muy dolorosa. Frida debe permanecer postrada durante seis meses y llevar un corsé durante ocho meses más, además de procurar estar tranquila y en reposo. Sin embargo, Frida desobedece al poco tiempo, y los dolores y el cansancio regresan.
En "Árbol de la esperanza mantente firme", Frida nos cuenta su calvario. El autor ya citado lo describe así: "Extraño cuadro en el cual vemos a una Frida llorando, vestida con un traje de tehuana rojo, que vela a otra Frida que yace desnuda, con el cuerpo cubierto en parte por una sábana, en una camilla de hospital" (Gérard de Cortanze, 2015: 130).
Como en la anterior pintura, volvemos a sentir el dolor de una mujer que luchó toda su vida con el mismo sufrimiento. Volvemos a ver a Frida en medio de aquel paisaje desolado y desierto de "La columna rota", con la espalda abierta y ensangrentada; pero en esta oportunidad, también, junto a ella, otra Frida, erguida y de facciones serias, casi solemnes, que sostiene con su mano derecha un banderín en el que se lee: "Árbol de la esperanza mantente firme". ¿Será este un mensaje que la misma Frida Kahlo ha querido darse a sí misma, algo así como una especie de súplica, de deseo profundo por no ceder?
Con estos dos cuadros lo que pretendo es mostrar lo que significó el arte para Frida Kahlo, aunque sólo sea de manera muy simplificada. Y, de hecho, en realidad, todo lo que hago es tratar de mostrar cómo ella utilizó el arte, ya que solamente la verdadera Frida puede decírnoslo.
En una de las citas a Frida que hace Gérard de Cortanze, la artista se niega a aceptar que su arte es surrealista solo porque Andrés Bretón lo diga. Lo interesante de lo que declara, no obstante, es que deja entrever la utilidad, si se quiere, que ella le da al arte: "(...) Lo único que sé es que pinto porque siento necesidad de hacerlo, y pinto cualquier cosa que me pasa por la mente sin sin ninguna consideración" (Como se cita en Gérard de Cortanze, 2015: 111). Ella no pinta sueños, pinta su realidad...
Frida, el producto de merchandising
(...) se convierte su imagen en icono público al ser la máxima expresión de su arte. Es cierto que Frida Kahlo pintó principalmente autoretratos, pero todos tienen mensajes que van más allá de la expresión de su cara. La gran mayoría simbolizan el dolor de una mujer enferma y dependiente, pero también hay otros que simbolizan revolución, comunismo y antimperialismo. Estos mensajes que Frida canalizaba a partir de su persona han quedado ocultos por la exaltación de otros aspectos totalmente banales, como su aspecto físico... (Marco Segura, 2018: 82).
Asimismo, la autora hace hincapié en que, por lo general, el merchandising suele utilizar imágenes "endulcoradas", mostrando así la cara más pintoresca de la artista. Lo cierto es que es poco probable que se vendan productos con imágenes más crudas como "Hospital Henry Ford" o "Solo un par de piquetitos".
La pregunta encuentra su respuesta rápidamente: el problema es que se dejan de lado muchos otros aspectos fundamentales que constituyen la obra de Frida, como su participación en el partido comunista, su sentimiento antiimperialista, o su orgullo por las raíces indígenas.
Observamos claras referencias al comunismo y el antiimperialismo |
Pero este fenómeno de ofrecer productos repetidos y vaciarlos, de alguna manera, de su contenido real y alejarlos de su contexto, ¿no ocurre a caso con otras obras, con otros artistas? ¿Por qué, entonces, se suele catalogar solo a Frida como una artista "sobrevalorada"?
Regresemos a lo dicho por la autora Celia Marco Segura: los productos que se venden de Frida son, en su gran mayoría, sobre Frida, porque gran parte de su trabajo tiene que ver con los autorretratos. Por eso, no debemos olvidar que Frida Kahlo utiliza su rostro para decir muchas cosas, no necesariamente para hablar únicamente de ella...
Existen numerosas obras de arte que han sido convertidas a lo largo de la historia en iconos culturales fácilmente accesibles (...) Algunas de las obras convertidas en iconos: El grito, de Edvard Munch; la Venus del espejo, de Velázquez; La Gioconda, de Leonardo Da Vinci o Liz, de Andy Warhol (Marco Segura, 2018: 18).
¿Qué sucede con estas otras obras? ¿También se pierde su contenido fundamental por ser tan populares; o es gracias a que se hayan hecho tan conocidas, que hoy podemos saber más de ellas? ¿Sucede lo mismo con Frida Kahlo, o ella simplemente es un rostro muy utilizado?
Frente a la pintura de Frida debemos tener muy presente su biografía. Su arte está muy influenciado por el comunismo, el antiimperialismo y el indigenismo (valores que corresponden a la Revolución Mexicana). Además, es interesante observar en las pinturas de Frida la dualidad vida-muerte con la que trabajaba y de la que se servía para expresar sus luchas internas. La artista se servía mucho de la mitología indígena para hablar sobre estos temas. De hecho, la imagen de Frida Kahlo está muy asociada al Día de los Muertos en México.
Frida y el feminismo
Asimismo, la artista participó activamente del Partido Comunista Mexicano, utilizando atuendos que dejaban en claro su ideología e inmortalizando sus ideales en la pintura. Fue una gran creyente de las ideas comunistas, así como su esposo, con quién militaba y realizaba charlas.
Reflexión final
(...) Frida Kahlo es una de las artistas más enigmáticas que existen, una de las más íntimas, como abrasada por sus por sus opciones políticas, su dolor físico y su amor por Diego... (Gérard de Cortanze, 2015: 18).
No es incompatible admirar a Frida Kahlo (y reconocer sus claroscuros) con cuestionar lo que se ha hecho con su figura. Se la ha limpiado, fijado y dado esplendor, hasta vaciarla de contenido original y volverla una copia de sí misma. Se la ha convertido en la mujer pura, llana y hueca que no fue; se la ha nuestralizado en objetos para que no moleste al gran público (Maldonado, 2017).
No es culpa de Frida haberse convertido en una figura tan popular y repetida. No vale menos su arte porque ahora es más fácil encontrarla en remeras, pines, tazas...
Hay mucho más de ella a simple vista para observar: cómo fue vivir en el México revolucionario, sus profundos e inimaginables sufrimientos, sus ideales, Diego... Cuando contemplamos la obra de Frida Kahlo debemos recordarnos que lo que tenemos en frente es mucho más que sólo su rostro repetido una y otra vez. Allí hay símbolos, mensajes, hechos biográficos... Por eso, lejos de considerarme una crítica de arte, me atrevo a decir que la obra de Frida Kahlo es una de las más personales que se conocen.
Y si la imagen hipercomercializada de Frida nos sirve para empezar a conocerla, perfecto... Pero como cualquier figura/obra replicada masivamente, Frida no puede agotarse en un producto.
Finalmente, sobre el estatus de feminista que se le pretende dar, me gustaría plantear la siguiente pregunta: ¿es Frida responsable de las etiquetas que decidimos ponerle? Nos enojamos con la artista por una supuesta "falta de feminismo", justificando que su relación con Diego dejaba mucho que desear, que no se entiende por qué continuaba a su lado a pesar del dolor que este le provocaba, que ella también era infiel después de todo. Pero, ¿por qué insistimos tanto en llamarla de cierta manera cuando ni la misma Frida lo pretendía?
Por eso es que es tan importante el contexto. Frida Kahlo es también producto del contexto en el que nació, creció y desarrolló su personalidad. Por lo tanto, no podemos dejar de lado la concepción de feminismo de esos años, ni lo que se pretendía de las mujeres en aquella época. Como tampoco sería justo olvidar los logros que sí se alcanzaron, o negar que Frida tuvo iniciativas que entonces se consideraban transgresoras y marcaron un camino.
Juzgar y cuestionar a Frida con una mentalidad actual, e incluso atribuirle cuestiones que no le pertenecen, no me parece que sea lo más asertivo. Podemos observar objetivamente su vida, reflexionar sobre ella, rescatar lo bueno y rechazar lo malo. Ver más allá...
Muy bueno Vir, no comulgo con Frida en muchísimas cosas, pero es una pena que no sea reconocida por su obra y sí por su relación con Diego Rivera, su "promiscuidad" y el merchandising.
ResponderEliminarEl arte de Frida es sumamente duro de ver, pero así fue su vida, tormentosa, trágica, y sus pinturas no podían no serlo. Su revolución fue esa, ser artista en un mundo aún por demás machista.