La propaganda nazi

Propagandas de la Alemania nazi



Resulta difícil imaginar cómo se hubiese desarrollado grande parte de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) sin los medios masivos de comunicación que existían a mediados del siglo XX: la radio, los periódicos y el cine, entre los más importantes. 

Es difícil puesto que, sin duda, estos medios fueron una de las principales herramientas de las que se sirvió el partido Nazi para difundir su ideología y convencer al pueblo de que, tanto las dificultades económicas por las que estaba atravesando Alemania, como los problemas culturales, eran culpa de los judíos.

Pero, ¿cómo fue utilizada la propaganda nazi, y por qué influyó tanto? Echemos un vistazo...

Los medios de comunicación

Considero importante comenzar diciendo que los medios de comunicación no sólo sirven para intercambiar información, sino que también generan sentido. Es decir, aquello que observamos o escuchamos a través de los medios, puede influir en la manera en la que percibimos el mundo que nos rodea y en la forma en la que pensamos ese mundo. 

Ya sea que consumamos un determinado portal de noticias o escuchemos un programa de radio específico, el mensaje que nos llegará será de ese portal o programa, y se nos mostrará su visión del mundo y su forma de comunicar. Como espectadores, podemos tomar lo que se nos dice como una verdad absoluta, o compararlo con otros medios, distintas fuentes y voces, a fin de poder formar una opinión propia. Esto es posible porque la audiencia que recibe el mensaje, lo hace de múltiples maneras, nunca es totalmente pasiva. 

Lo peligroso se da cuando, por ejemplo, un gobierno dictatorial se apropia de los medios de comunicación, teniendo así un pase libre para comunicar y transmitir sus ideas, sin temor a que la oposición le remarque errores o proponga otros puntos de vista. De esta manera, la población sólo tendrá acceso a lo que el gobierno quiera que escuche o tome como verdad. He ahí lo peligroso...

Hay una frase muy interesante que dice: "Quienes desearían controlar las opiniones y creencias de nuestra sociedad recurrirían menos a la fuerza física y más a la persuasión masiva" (Lazarsfeld y Merton, 1978: 24).

El debate sobre si realmente los medios de comunicación influyen o no en sus audiencias, es amplio y extenso, por lo que, por el momento, lo dejaremos para otra entrada.

Continuemos...

El cine

Cuando se introdujo el sonido a la pantalla grande, junto con las técnicas propias del mundo cinematográfico, fue posible reproducir un mundo más exacto; es decir, una realidad que la gente conocía y veía todos los días. Esto conllevó a que fuera mucho más difícil separar la vida real del mundo ficcional. 

A esto es a lo que tendía la propaganda nazi cuando era proyectada en las salas de cine: a enseñar una realidad que no existía pero que era posible. 

Pongamos un ejemplo: en el documental "Annihilation. The destruction of European Jews" (Aniquilación. La destrucción de los judíos europeos), se muestra cómo los soldados nazis se encargan de producir películas en donde se exhibe al judío como una persona ostentosa, que vivía una buena vida, indiferente a las penurias de la guerra. Sin embargo, los judíos que actuaban en estas películas eran los mismos que vivían en los guetos, hacinados y en malas condiciones, a la espera de una muerte próxima.

Naturalmente, el espectador desconocía que estos judíos eran obligados a participar de dichas producciones, y se quedaba con la idea que el nazismo les ofrecía de ellos. ¿Como tener empatía por un grupo de gente que organiza fiestas en medio de una terrible guerra? ¿Cómo podía ser que ellos vivieran tan bien y tan felices mientras el pueblo alemán moría en el campo de batalla? ¿Cómo era posible que no les importase la economía del país?

La realidad se confundía con la ficción...

Lo dicho hasta aquí me lleva a mencionar al Ministro de Propaganda Nazi, Paul Joseph Goebbels, quien toma el cargo cuando Hitler, una vez en el poder, crea el Ministerio de Educación Popular y Propaganda Nazi. 

Paul Joseph Goebbels (1897-1945)

Este hombre resultó ser una pieza fundamental dentro del partido nacionalsocialista, y es conocido, ni más ni menos, como "el temido ministro de propaganda del Reich", a quien sus adversarios políticos veían como un hombre peligroso y un "agitador de masas".

Goebbels se encargó de manejar la propaganda con el fin de imponer la ideología nazi, considerada por él como su religión: "16 de octubre de 1928 (...) El nacioalsocialismo es una religión (...) En un día no muy lejano el nacioalsocialismo será la religión de todos los alemanes. Mi partido es mi iglesia..." (extraído del documental "El experimento Goebbels").    

Lo importante para el ministro era mostrar a Hitler como el líder supremo que llevaría a Alemania a un estadio superior, como así también propagar el odio racial y justificar la guerra que habían iniciado. Para ello, censuró a todo aquel que no pensara o no compartiera los ideales del nazismo, ridiculizó a sus enemigos, y no tuvo reparos en mentir o maquillar la realidad por la causa. 

Según él, Alemania necesitaba mano dura, había que eliminar a los sucios judíos... En el año 1933, en un discurso que pronunció frente a una multitud de personas adeptas al partido, exclamó: 

(...) Y si aún hoy los periódicos judíos creen que pueden intimidar el movimiento naciolsocialista con amenazas veladas, aunque crean que tienen derecho a ignorar nuestros decretos de emergencia, que vayan con cuidado porque un día se nos acabará la paciencia y les taparemos sus bocas mentirosas de una vez por todas (extraído del documental "El experimento Goebbels).

Sobre la propaganda propiamente dicha, Goebbels opinaba: "(...) un buen gobierno no puede existir sin buena propaganda, ni buena propaganda sin buen gobierno. El uno debe completar al otro...". El mismo Hitler, incluso, es consciente de esto: "¿Qué hubiera sido del partido sin su propaganda?" (extraído del documental "El experimento Goebbels").

En el cine, específicamente, Goebbels encarga la realización de varias películas. Estas, además de entretener, transmitían la ideología del partido, sus ideas y sus luchas, a fin de recordarle a la audiencia quiénes eran los enemigos y cómo se debía actuar ante ellos. 

Como ejemplo, mencionaré tres películas: "Kolberg" (1945), película creada para subir la moral de los soldados que luchaban en el frente. Era de suma importancia para el ministro que este films se reprodujera la más pronto posible. La guerra estaba llegando a su fin y los soldados alemanes se encontraban exhaustos.

Kolberg (1945)

"Ohm Kruger" (Tío Kruger - 1941), película antibritánica.

Ohm Kruger (1941)

Y la producción cinematográfica antisemita (una de las muchas que se hicieron) "Jud Suss" (El judío Süss - 1940), la cual caracteriza a los judíos como personas manipuladoras, inmorales, materialistas, poco agraciadas y astutas. Esto respondía a los estereotipos nazis, y perseguía el fin, otra vez, de mostrarle al pueblo quiénes eran los verdaderos enemigos de la nación.

Escena de la película "Jud Suss"

Pero no sólo se creaban películas, la propaganda nazi también se transmitía en el cine en un formato diferente, como es el siguiente:

Transgredieron a la cultura alemana, destruyeron su literatura. Se han infiltrado en el teatro. Han distorsionado la ciencia en las universidades, difamado el arte alemán y se han aprovechado de la prensa alemana. Han destruido el sistema jurídico alemán, todo nuestro concepto de honor. Han envenenado el espíritu de la industria alemana y volvieron a la economía un juego de azar. Se han aprovechado de los campesinos y los obreros, y han destruido el comercio alemán (extraído del documental Annihilation. The destruction of European Jews).

Lo que sucede con el cine es que imposibilita a los espectadores a moverse para no "perder el hilo", adiestrándolos, por lo tanto, a que se identifiquen inmediatamente con la realidad que están viendo. Por supuesto que las producciones cinematográficas, por si solas, carecen de un efecto en la sociedad, al menos que sea en un conjunto. Y los nazis sabían bien que la propaganda era muy importante para "ganarse" a aquella parte de la sociedad que necesitaban de su lado, por lo que las producían masivamente. 

La radio

Lo mismo sucede con la radio. Esta "empresa privada" está de parte del "soberano". Al poner la palabra como absoluta, "La recomendación se convierte en orden", creando una omnipresencia. 

La radio puede convertirse en la boca universal del Führer, y su voz propaganda mediante los altoparlantes de las calles, el aullido de las sirenas anunciadoras de pánico (...) Los nazis sabían que la radio daba forma a su causa... (Kortheimer y Adorno, 1987: 191).

Hitler y la radio

Como ya hemos dicho, cuando Joseph Goebbels llega al poder, censura las publicaciones y los medios de comunicación que no comparten la ideología del partido nazi. Se encarga de hacer públicos los avisos del gobierno, y se apodera del cine, el teatro, la literatura, la prensa, y, por supuesto, la radio. Hizo de estos medios dóciles instrumentos de propaganda, haciendo que fuera muy difícil encontrar voces opositoras. 

Fue gracias a la radio, principalmente, que la maquinaria propagandista de los nazis se mantuvo activa.

Este medio, que entonces era el medio más importante y más utilizado por la población, no dejó de ser escuchada, sin embargo, por aquellos que deseaban la caída de Hitler y sus adeptos. Existían emisoras que informaban sobre el avance de las tropas aliadas y sobre la situación a nivel mundial, y que eran escuchadas clandestinamente pese a que el castigo por ser atrapados era muy duro.

La escritora Miep Gies, quien se ocupó de mantener oculta a Anna Frank y a su familia hasta finales del año 1944, año en el que se descubrió que estaban escondidos y fueron trasladados a los campos de concentración, describe en su libro "Mis recuerdos de Anna Frank", cómo era vivir en tiempos de guerra y cómo se las arregló para mantener, junto con su esposo, ocultas a ocho personas. 

Miep Gies ( 1909-2010)

En su obra se detallan escenas donde ella y su esposo, junto con varias amistades, se reúnen de manera clandestina a oír la Radio Orange: 

Primero oíamos a la voz familiar diciendo: 

Buenas noches. Aquí Radio Orange desde Londres. En primer lugar, uno mensajes. 

Y, acto seguido, empezaban a decir cosas como "El pájaro azul anda sobre el tejado"; "La bicicleta tiene un neumático pinchado"; "El coche circula por el lado contrario a la carretera" 

Sabíamos que aquellas palabras sin sentido aparente eran la clase de comunicaciones de nuestros luchadores subterráneos, para quienes tenían un importante significado (Miep Gies, 2010: 197). 

¿Por qué fue efectiva a la propaganda nazi?

Podemos decir que la propaganda nazi fue efectiva porque logró instalar una idea muy poderosa en la audiencia: el enemigo era el judío, Hitler era el salvador y lo que ellos hacían era en pos de una Alemania grande. 

Al monopolizar los medios y censurar a la oposición, consiguieron expandir su ideología, adquirir adeptos y castigar a quienes no pensaran igual.

La propaganda nazi logró guiar la conducta de las personas, ya sea con mensajes más crudos y directos, o con mensajes sutiles que insinuaban a la audiencia que el enemigo estaba entre ellos. De esta manera, propagaron el odio racial hacia los judíos, principalmente, aunque no debemos olvidar a las otras comunidades, como la gitana, o a los grupos de personas con enfermedades mentales o con discapacidades, y a los homosexuales, que también eran perseguidos y aniquilados

Todo esto acompañado del gran poder que la imagen del Führer tenía entre los suyos, esa presencia que los hipnotizaba y por la que se cometieron tantas atrocidades. Y claro, no olvidar tampoco su impresionante y efusiva capacidad para la oratoria, que lo llevó a ser la cabeza del partido.

Para terminar, clncluyo con estas palabras de Goebbels: "Nuestra propaganda es considerada ejemplar, no solo por la prensa alemana, sino también, por la prensa internacional. (...) podemos vencer a nuestros oponentes. Les damos miedo y ni siquiera dicen una palabra. Ahora les demostraremos lo que puede conseguir el aparato si se sabe manejar"


Bibliografía:
 
Bandey, Paul (2015): Annihilation. The destruction of European Jews.

Gavaldá, Josep (2019): Goebbels, el temido ministro de propaganda de Hitler (on line) (Disponible en: https://historia.nationalgeographic.com.es/a/goebbels-temido-ministro-propaganda-hitler_14181).

Hachmeister, Lutz (2005): El experimento Goebbels; Alemania. 

Lazarsfeld, P. y Merton, R. (1978): Comunicación de masas, gusto popular y acción social organizada en La comunicación de masas; Centro Editor de América Latina; Buenos Aires.

Sandoval, Luis (2003): Después de todo, ¿qué cosa son los medios de comunicación? en Nombre Falso; portal de comunicación y sociología de la cultura.



Comentarios

  1. Gran análisis. Imposible no compararlo con los primeros gobiernos de Perón y la manera de llevar a cabo los actos propagandísticos y personalistas. Lo que hizo Goebbels se replicó en todos los regímenes totalitarios del mundo, con o sin una falsa democracia de por medio.
    Aún en nuestros días países como Corea del Norte hacen uso de los mandamientos del nefasto Goebbels.
    Me pregunto si algún día la sociedad podrá hacer un hábito natural el analizar y desmenuzar la información y no sólo tragarla tal y como se la dan...

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    1. Sobre la propaganda y los gobiernos tenés para escribir largo y tendido... ¡Es increíble!
      Y si bien los medios de comunicación hoy funcionan de otra manera, y tenemos más acceso a la información, lo importante siempre va a ser educar a los jóvenes para que aprendan a pensar por sí mismos, a analizar, a reflexionar, a elegir...

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